lunes, 30 de mayo de 2016

Flores de Noche (Cuentos de la Gringuita)

Flores de Noche
(Cuentos de la Gringuita)
Autor: Teodora Nogués

-¿Conocés las flores de noche?
Su voz  alzándose por encima del sonido del agua que corre por la acequia y su mano rozando levemente mi cara, sin llegar a ser una caricia, detiene mis pasos y llevan mi mirada hacia el lugar de la finca que señala su dedo.
 Allí donde al salir, hace unas horas, era todo verde, ahora está lleno de flores amarillas iluminadas por la luna y las estrellas que en ese cielo de los Valles Calchaquíes parecen estar muy cerca, pegadas a los cerros, a la acequia, al río seco lleno de cuarzos, blancos, traslúcidos, rosados y celestes. Parecen estar muy cerca incluso a uno mismo, o que uno mismo es el que está dentro del cielo.
-Son muy hermosas-le digo-muy  hermosas, nunca las había visto.
-Sí, son hermosas, pero no sólo eso, chunca e tero, cortá unas cuantas que te muestro algo.
Me toco las pantorrillas, tienen algo más de tono muscular que cuando llegué a los valles, ya no se parecen tanto a las patas de un tero. Intento protestar, pero él ya está lejos, metido dentro del manchón amarillo de flores de noche.
Me acerco a las flores y el aire limpio se vuelve perfumado. Corto los tallos sintiendo el frío en mis dedos. Cierro los ojos, el perfume de las flores va cediendo lugar a su perfume, tengo su cuello casi pegado a mi nariz.
-Mirá, cortales el tallo por acá.
Corta los tallos, se lleva las flores a la boca y les da un chupón rápido. Lo imito, tengo en mi mano unas dos docenas de flores y al chupar los 24 tallos sale una gotita ínfima de un líquido dulzón. El néctar de las flores de noche, es lo más parecido al sabor, que imagino, deben tener los ríos del paraíso.

Autor: Teodora Nogués

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